Comentario
La geografía peninsular durante el románico pleno aparecerá definida en diferentes reinos: Castilla y León unidos bajo una corona, o separados según el momento, Portugal, Navarra, Aragón y Cataluña unidos a partir de 1137.
La actuación de los monarcas en pro de la europeización de sus estados utilizó, como uno de los instrumentos fundamentales, el apoyo de los cluniacenses para sustituir las viejas reglas monásticas por las órdenes reformadoras europeas. A la vez se procedió a la implantación de la liturgia romana en detrimento del viejo ritual hispanogodo. La aparición de las primeras manifestaciones del románico se producirán en aquellos lugares donde ambas reformas se estaban ejecutando.
Salvo en Cataluña y parte de Aragón, que se habían incorporado al devenir del primer románico, los demás reinos, sumergidos en tradición, ofrecieron una tenaz resistencia a lo foráneo, lo que les privó de una primera arquitectura románica. Este retraso se compensa a partir del románico pleno, en el que desarrollará un protagonismo fundamental.